jueves, 3 de julio de 2014


La novela es una narración externa, en prosa, de una acción en todo o en parte fingida, cuyo fin es causar el placer estético de los lectores con las pinturas de lances interesantes, caracteres, pasiones y costumbres. La novela, como hoy se entiende, es la obra literaria más compleja de todas; puede decirse que comprende en sí todos los otros géneros literarios.

Sus principales elementos son:

La voz narrativa: quién cuenta la historia. 
Acción o trama: situación en la que se encuentran inmersos los personajes. 
Personajes: protagonistas de la acción o trama 
Tiempo: situación de la acción en el tiempo, duración y frecuencia. 
Espacio: ambiente en que se reproduce la historia. 
Argumento: resumen de la historia

Diferenciamos ocho características principales de una novela:

1. Crea su propio mundo narrativo: la realidad de las novelas es imaginada, aunque es creíble porque aparenta una existencia real.

2. Toda novela es ficción: el novelista crea historias basándose en su inventiva, en la pura fantasía. Y lo hace transformando la realidad de manera individual, social y/o cultural.

3. Se opone a la historia: los sucesos narrados en la novela no son reales, no han sido comprobados. No son hechos históricos.

4. Tiene una fuerte carga connotativa: las connotaciones, los detalles, tienen mucha importancia en el género novelesco. Las palabras tienen tanto significado en sí mismas como en relación a la interpretación que los lectores puedan hacer de ellas.

5. Describe varias historias simultáneas: la novela construye mundos en el que las cosas no suceden de forma aislada.

6. Tiene múltiples personajes: a diferencia del cuento, la novela puede manejar varios personajes protagonistas y antagonistas.

7. Los personajes se describen física y psicológicamente: normalmente, el autor desgrana con detalle las características de sus personajes para resaltar sus ideas y dar mayor credibilidad a la historia que cuenta.

8. Combina descripción y diálogo: la narración de los acontecimientos comparte relevancia con los diálogos que entablan los personajes.

La ciencia que se encarga de establecer las condiciones que debe cumplir cada texto correspondiente a un tipo de narración, se denomina narratología. Durante el estructuralismo esta ciencia creció considerablemente, subdividiendo y clasificando los aspectos más importantes de toda narración. Para marcar estas diferencias estableció formas de estudiar al narrador (la voz narrativa, la relación con el cual, el punto de vista, etc), a los personajes (las funciones en la obra), la trama (todo lo que acontece en la historia y cómo lo hace) y el tiempo y espacio de la narración (representados con el concepto de cronotopo y que se fija en la conexión entre diferentes lugares y tiempos en una misma obra narrativa).
La novela puede catalogarse de varias formas, según su extensión, según su contenido, según su narrador, etc.

Según su estructura puede ser: novela corta o simplemente novela. La novela corta tiene una estructura sencilla y carece de largos diálogos y descripciones muy detalladas. Presenta historias muy concisas y no se profundiza en demasía en la vida de los personajes sino que la atención se enfoca directamente en los hechos que van a narrarse.

Según el narrador la novela puede ser: narrada en primera persona (narrador protagonista o personaje secundario) o en tercera persona (narrador testigo, omnisciente u observador).

De acuerdo a la estructura de la historia, a los temas que se tocan y a la forma en la que se abordan los conflictos, la novela puede ser de varios tipos: romántica, dramática, histórica, política, entre muchos otros tipos.